Cd. Guatemala, Guatemala, 25 de febrero- Esta mañana como cada sábado, se prepara con alegría el servicio que se brinda a la comunidad de nuestra ciudad. Este es un apostolado de la casa del Filosofado, integrado por los salesianos y laicos, con atención a los más necesitados de la calle.
Son muchos los jóvenes con necesidad en nuestra ciudad y no solo basta con voltear a ellos para sentir compasión o dolor. La carencia se vuelve cristiana cuando surgen servicios de ayuda para salvaguardar la vida. Atendiendo al llamado por aquellos más necesitados, alejados, marginados de nuestra ciudad; cada sábado el grupo apostólico "Callejeros de la fe" va en busca de sanar almas y aligerar cargas.
La atención que brinda el apostolado en la zona es en alimento, vestimenta, estudio, pero en principal el acompañamiento salesiano que brota desde la raíz del carisma a ejemplo de nuestro santo patrono, san Juan Bosco.
Para nosotros es una clave de lectura pastoral de la actual realidad juvenil y de la misión que hay que realizar en ella. Unida a la imagen de Dios, Buen Pastor, traída del profeta Ezequiel y propuesta en el capítulo segundo de las Constituciones, nos recuerda que “al leer el Evangelio, somos más sensibles a ciertos rasgos de la figura del Señor: su predilección por los pequeños y los pobres; su solicitud en predicar, sanar y salvar, movido por la urgencia del Reino que llega, su actitud de Buen Pastor que conquista con la mansedumbre y la entrega de si mismo”. Cada una de las pinceladas adquiere en estos momentos un significado extremadamente real. Existe hoy una multitud de adultos y de jóvenes carentes de los bienes fundamentales para vivir, que se mueve desorientada y espera un signo de solidaridad. Hacia ella se dirige la compasión de Jesús que va más allá del sentimiento humano. Manifiesta el corazón misericordioso de Dios, su opción por la felicidad y la vida de cada hombre. (Carta del Rector Mayor, Don Juan E. VECCHI, 1997)
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